En Argentina hay una víctima de violencia de género cada 27 horas

El Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano” que dirige La Casa del Encuentro, publicó en su informe que desde el 1° de enero al 31 de mayo de 2022, se produjeron 127 femicidios, 3 trans/travesticidios y 8 femicidios vinculados de varones.

A continuación compartimos el texto completo:

“Los datos más relevantes son que 147 hijas/hijos quedaron sin madre, el 66% son menores de edad; el 60% de los agresores eran parejas o exparejas. El lugar más inseguro para una mujer en situación de violencia continúa siendo su vivienda o la vivienda compartida con el agresor (64% fueron asesinadas en su hogar). Y en términos absolutos, Buenos Aires sigue siendo la provincia con más casos, seguida por Santa Fe, Córdoba, y Santiago del Estero.
Se acerca un nuevo 3 de junio y consideramos un muy buen momento para recordar conceptos básicos que nos son útiles tanto para leer los informes como para comunicarlos. El lenguaje construye sentido por eso es imprescindible saber de qué hablamos y como lo transmitimos. No todo asesinato de una mujer es un femicidio, existen femicidios en lo que no es la mujer la asesinada y es fundamental tener en cuenta que el entorno de una víctima también lo es.

FEMICIDIO: es un término político porque denuncia la naturalización de la violencia sexista en nuestra sociedad. El femicidio es la forma más extrema de violencia hacia las mujeres; el asesinato cometido por un hombre hacia una mujer a quien considera de su propiedad.

FEMICIDIO VINCULADO: concepto teórico elaborado por el Área de Investigación de la asociación civil La Casa del Encuentro. Para hacerlo se partió del análisis de las acciones del femicida para consumar su fin: matar, castigar o destruir psíquicamente a la mujer sobre la cual ejerce la dominación. En esta definición se registran dos categorías: A) Personas que fueron asesinadas por el femicida, al intentar impedir el femicidio o que quedaron atrapadas “en la línea de fuego”. B) Personas con vínculo familiar o afectivo con la mujer, que fueron asesinadas por el femicida con el objeto de castigar y destruir psíquicamente a la mujer a quien consideran de su propiedad.

VICTIMAS COLATERALES DEL FEMICIDIO: hijas e hijos que quedaron sin madre, asesinada por violencia sexista.

TRANS/TRAVESTICIDIOS: es la expresión más visible de una cadena de violencias estructurales que responden a un sistema cultural, social, político y económico vertebrado por la división binaria excluyente entre los géneros. Es el extremo de un continuum de violencias que comienza con la expulsión del hogar, la exclusión del sistema educativo, sanitario y del mercado laboral, la iniciación temprana en la prostitución, el riesgo permanente de contagio de enfermedades de transmisión sexual, la criminalización, la estigmatización social, la patologización, la persecución y la violencia policial.

VIOLENCIA DE GENERO: debemos tener presente SIEMPRE que no son hechos aislados. Si no mostramos el entramado en el que se producen, sino nos involucramos como parte de esa sociedad que reproduce las creencias culturales que sostiene al patriarcado, no lograremos avanzar en la prevención y protección.

CICLO DE LA VIOLENCIA: Tiene 3 fases.

Fase de la acumulación de la tensión o tensión creciente: se caracteriza por distintas agresiones verbales que debilitan la autoestima de la mujer de forma paulatina. El agresor culpabiliza a la víctima por la tensión existente, ella recibe el mensaje de que su percepción de la realidad es incorrecta y comienza a creer que es culpable de lo que sucede. Tiene una duración variable ya que apenas logra ser perdonado la tensión crece con la vida diaria y el ciclo vuelve a comenzar.
Fase de explosión de la violencia: en esta fase la tensión llega a su límite y el hombre violento agrede a su pareja física y/o psicológicamente. Suele ser la parte del ciclo de menor duración, pero conforme avanza la relación, se va haciendo más duradera o más grave. Generalmente, la mujer se muestra incapaz de reaccionar, porque la desigualdad de poder que se ha establecido en la pareja a lo largo del tiempo la paraliza.
Fase de calma o “luna de miel”: luego de la eclosión violenta, en esta fase, el agresor manipula afectivamente a la mujer, ofrece excusas y pide perdón. Durante un tiempo le da el “poder” a su compañera para que lo acepte de nuevo y complace sus deseos para mantenerla junto a él. Esta fase tiene una duración variable ya que apenas logra ser perdonado la tensión crece con la vida diaria y el ciclo vuelve a comenzar.

Información adicional

30 víctimas habían realizado denuncia.
5 femicidas tenían dictada medida cautelar de prevención.
8 femicidas agentes o ex agentes de fuerza de seguridad.
4 víctimas en presunción de prostitución o trata.
5 víctimas estaban embarazadas.
8 víctimas tenían indicio de abuso sexual.
3 víctimas eran mujer trans.
9 víctimas eran migrantes.
4 víctimas eran de pueblos originarios.
17 femicidas se suicidaron.

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